jueves, 10 de junio de 2010

Friné, Conmovedora de la Virtud

Friné, célebre cortesana griega

Fue una hermosa cortesana griega que vivió hacia el 515 a. C. El célebre escultor de la Grecia clásica -al que sirvió de modelo para sus estatuas de Afrodita- apenas conocerla, cayó rendido a sus pies, se dice que ella era un prodigio de belleza y sensualidad y hoy voy a revisar brevemente su curiosa historia.
Siendo niña se dedicó a cuidar cabras; pero cuando logró reunir algo de dinero se trasladó a Atenas, donde estudió flauta y, aprovechando su belleza, comenzó a conquistar una gran notoriedad desplegando todos sus conocimientos amatorios.
A pesar de la existencia de un sistema democrático, en Atenas las mujeres carecían de derechos ciudadanos. Su función primordial era el matrimonio que se realizaba a edad temprana, aproximadamente a los 15 años y solía ser concertado por los padres. Se hacía pública la intención de casar a una hija e inmediatamente se presentaban los pretendientes. El amor entre los cónyuges no era el instrumento que llevaba a la boda. La mujer quedaba absolutamente sometida al marido.
Estaban encerradas en casa, sólo salían para las fiestas religiosas o para visitar amistades. Su ocupación giraba en torno a la educación de los hijos y a las labores domésticas. No participaban en los grandes banquetes y dormían separadas de su esposo, que las requería en la cámara nupcial cuando deseaba mantener relaciones sexuales con ellas. Los ciudadanos atenienses contaban con un buen número de concubinas con las que mantener relaciones sexuales a su deseo.
Las únicas mujeres que tuvieron algún peso en la vida social y política de Atenas fueron las prostitutas de lujo llamadas hetairas, únicas mujeres cultas de la época quienes eran una mezcla entre compañera espiritual, poetisa, artista y mercancía sexual, y sus opiniones eran muy respetadas por los hombres.
Los más importantes políticos, artistas y filósofos como Platón, Epicuro y Sófocles gozaban de su compañía y aunque vendían muy caros sus favores sexuales, los intelectuales frecuentaban abiertamente sus salones. Friné fue una de ellas.

Friné en la celebración de Poseidón en Eleusis

Cuenta la leyenda que dos veces al año, durante las fiestas de Eleusis y de Poseidón, Friné se bañaba desnuda en el mar. Toda Atenas acudía a verla, luego, a la vista de todos los asistentes, salía de las aguas. Se dice que el pintor clásico Apeles se inspiró en Friné para su 'Venus Anadiómena', es decir, su Venus saliendo de las aguas.
La cautivante Friné acudía a tertulias literarias y artísticas, es en una de esas ocasiones donde conoce al escultor Praxíteles y comenzó a posar para él en diversas esculturas. Si bien Friné era bella, recatada e inteligente también era extraordinariamente ambiciosa y, gracias al trato con los hombres más poderosos y ricos de su época, amasó un capital enorme. Praxíteles, su enamorado escultor, le ofreció una vez regalarle la estatua que ella quisiera de las que él tenía en su estudio. Friné no sabía de arte y no se veía capaz de decidir cuál era su mejor pieza, así que urdió un plan. Dio instrucciones a un sirviente para que durante una cena, irrumpiera diciendo que el estudio estaba en llamas. Praxíteles exclamó: «¡Salvad mi Eros!». Así ella supo que aquella era la mejor obra y fue la que exigió acto seguido, obsequiándola luego a Tespias, su ciudad natal porque se dice que cuando Alejandro destruyó Tebas, Friné quiso reconstruirla con su fortuna a condición de que en la puerta principal de la ciudad se leyera la siguiente inscripción: 'Alejandro la ha destruido, Friné la ha reconstruido' pero los tebanos no aceptaron la proposición de la hetaira.

Friné ante el areópago, obra de  Jean-Léon Gérôme

Pero si Friné pasó a la posteridad fue por su célebre juicio. Fue acusada de impiedad y tuvo que comparecer delante del tribunal, esta acusación podría haberle costado la vida porque parece ser que Friné, llevada por la soberbia de su belleza, se había convertido en una especie de sacerdotisa de Afrodita y un cliente la denunció por su tarifa tan elevada. Su abogado Hipérides fue quien encontró el argumento perfecto en favor de la mujer. En el momento de su defensa hizo que cayera a sus pies el velo que la cubría y ya desnuda frente a los magistrados preguntó si semejante belleza podía ser un atentado contra la moral, ante esta visión los magistrados "no permitieron que nada se hiciera contra una mujer que tenía las formas de una diosa". Mientras que Sócrates no pudo encontrar argumentos para salvar su vida, Friné ganó el pleito de la manera más sencilla. Los jueces la absolvieron de manera unánime.
Friné ha inspirado a artistas de diferentes épocas, a los que la conocieron y a aquellos que oyeron hablar de ella y la idealizaron. En Pompeya, Italia, todavía puede ser observada una hermosa pintura donde nuestra protagonista levanta un velo transparente que oculta su cuerpo.

3 comentarios:

Patricia dijo...

una mezcla entre realidad y leyenda ofrecida en coloridas pinceladas que dan forma a una fascinante historia!
preciosa entrada, Carolina.
un beso grande.

Daniel dijo...

El mundo es fascinante.
La Grecia guerrera, culta, especulativa, democrática y terrible tiene una gran cantidad de cosas para admirar. Incluso algunas, que parecen censurables a la distancia, no lo son vistas desde una perspectiva histórica.

Denunciar a una puta por cobrar caro ya es síntoma de cultura y conciencia cívica, pero absolverla por estar muy buena muestra un sentido de justicia que, evidentemente, se ha perdido.

Un beso.

LaCuarent dijo...

Que buena entrada guapa!!, me encantan las historias de las historias de las cortesanas de distintas épocas y culuras ya que era la única forma que tenían las mujeres de ser libres, cultas y poderosas.
Besos.